ANALIZAS LAS CARACTERÍSTICAS DE LA
TRAGEDIA
I. LEE EL SIGUIENTE FRAMENTO DE “EDIPO
REY” DE SÓFOCLES Y CONTESTA LO QUE SE TE PIDA.
EDIPO.-
¡Oh Tiresias, que todo lo manejas, lo que debe ser enseñado y lo que es
secreto, los asuntos del cielo y los terrenales! Aunque no ves, comprendes, sin
embargo, de qué mal es víctima nuestra ciudad. A ti te reconocemos como único
defensor y salvador de ella, señor. Porque Febo, si es que no lo has oído a los
mensajeros, contestó a nuestros embajadores que la única liberación de esta
plaga nos llegaría si, después de averiguarlo correctamente, dábamos muerte a
los asesinos de Layo o les hacíamos salir desterrados del país. Tú, sin rehusar
ni el sonido de las aves ni ningún otro medio de adivinación, sálvate a ti
mismo y a la ciudad y sálvame a mí, y líbranos de toda impureza originada por
el muerto. Estamos en tus manos. Que un hombre preste servicio con los medios
de que dispone y es capaz, es la más bella de las tareas.
TIRESIAS.-
¡Ay, ay! ¡Qué terrible es tener clarividencia cuando no aprovecha al que la
tiene! Yo lo sabía bien, pero lo he olvidado, de lo contrario no hubiera venido
aquí.
EDIPO.-
¿Qué pasa? ¡Qué abatido te has presentado!
TIRESIAS.-
Déjame ir a casa. Más fácilmente soportaremos tú lo tuyo y yo lo mío si me
haces caso.
EDIPO.-
No hablas con justicia ni con benevolencia para la ciudad que te alimentó, si
la privas de tu augurio.
TIRESIAS.-
Porque veo que tus palabras no son oportunas para ti. ¡No vaya a ser que a mí
me pase lo mismo...! (Hace ademán de retirarse.)
EDIPO.- No te des la vuelta, ¡por los dioses!,
si sabes algo, ya que te lo pedimos todos los que estamos aquí como
suplicantes.
TIRESIAS.-
Todos han perdido el juicio. Yo nunca revelaré mis desgracias, por no decir las
tuyas.
EDIPO.-
¿Qué dices? ¿Sabiéndolo no hablarás, sino que piensas traicionarnos y destruir a la ciudad?
TIRESIAS.-
Yo no quiero afligirme a mí mismo ni a ti. ¿Por qué me interrogas inútilmente?
No te enterarás por mí.
EDIPO.-
¡Oh el más malvado de los malvados, pues tú llegarías a irritar, incluso, a una
roca! ¿No hablarás de una vez, sino que te vas a mostrar así de duro e
inflexible?
TIRESIAS.-
Me has reprochado mi obstinación, y no ves la que igualmente hay en ti, y me
censuras.
EDIPO.-
¿Quién no se irritaría al oír razones de esta clase con las que tú estás
perjudicando a nuestra ciudad?
TIRESIAS.-
Llegarán por sí mismas, aunque yo las proteja con el silencio.
EDIPO.-
Pues bien, debes manifestarme incluso lo que está por llegar.
TIRESIAS.-
No puedo hablar más. Ante esto, si quieres irrítate de la manera más violenta.
EDIPO.-
Nada de lo que estoy advirtiendo dejaré de decir, según estoy de encolerizado.
Has de saber que parece que tú has ayudado a maquinar el crimen y lo has
llevado a cabo en lo que no ha sido darle muerte con tus manos. Y si tuvieras
vista, diría que, incluso, este acto hubiera sido obra de ti solo.
TIRESIAS.-
¿De verdad? Y yo te insto a que permanezcas leal al edicto que has proclamado
antes y a que no nos dirijas la palabra ni a éstos ni a mí desde el día de hoy,
en la idea de que tú eres el azote impuro de esta tierra.
EDIPO.- ¿Con tanta desvergüenza haces esta
aseveración? ¿De qué manera crees poderte escapar a ella? TIRESIAS.- Ya lo he
hecho. Pues tengo la verdad como fuerza.
EDIPO.-
¿Por quién has sido enseñado? Pues, desde luego, de tu arte no procede.
TIRESIAS.-
Por ti, porque me impulsaste a hablar en contra de mi voluntad.
EDIPO.-
¿Qué palabras? Dilo, de nuevo, para que aprenda mejor.
TIRESIAS.-
¿No has escuchado antes? ¿O es que tratas de que hable?
EDIPO.-
No como para decir que me es comprensible. Dilo de nuevo.
TIRESIAS.-
Afirmo que tú eres el asesino del hombre acerca del cual están investigando.
EDIPO.-
No dirás impunemente dos veces estos insultos.
TIRESIAS.-
En ese caso, ¿digo también otras cosas para que te irrites aún más?
EDIPO.-
Di cuanto gustes, que en vano será dicho.
TIRESIAS.- Afirmo que tú has estado
conviviendo muy vergonzosamente, sin advertirlo, con los que te son más
queridos y que no te das cuenta en qué punto de desgracia estás.
EDIPO.-
¿Crees tú, en verdad, que vas a seguir diciendo alegremente esto? TIRESIAS.-
Sí, si es que existe alguna fuerza en la verdad.
EDIPO.-
Existe, salvo para ti. Tú no la tienes, ya que estás ciego de los oídos, de la
mente y de la vista.
TIRESIAS.-
Eres digno de lástima por echarme en cara cosas que a ti no habrá nadie que no
te reproche pronto.
EDIPO.-
Vives en una noche continua, de manera que ni a mí, ni a ninguno que vea la
luz, podrías perjudicar nunca.
TIRESIAS.-
No quiere el destino que tú caigas por mi causa, pues para ello se basta Apolo,
a quien importa llevarlo a cabo.
EDIPO.-
¿Esta invención es de Creonte o tuya?
TIRESIAS.-
Creonte no es ningún dolor para ti, sino tú mismo.
EDIPO.-
¡Oh riqueza, poder y saber que aventajas a cualquier otro saber en una vida
llena de encontrados intereses! ¡Cuánta envidia acecha en ustedes, si, a causa
de este mando que la ciudad me confió como un don -sin que yo lo pidiera-,
Creonte, el que era leal, el amigo desde el principio, desea expulsarme
deslizándose a escondidas, tras sobornar a semejante hechicero, maquinador y
charlatán engañoso, que sólo ve en las ganancias y es ciego en su arte! Porque,
¡ea!, dime, ¿en qué fuiste tú un adivino infalible? ¿Cómo es que no dijiste
alguna palabra que liberara a estos ciudadanos cuando estaba aquí la perra
cantora Y, ciertamente, el enigma no era propio de que lo discurriera cualquier
persona que se presentara, sino que requería arte adivinatoria que tú no
mostraste tener, ni procedente de las aves ni conocida a partir de alguno de
los dioses. Y yo, Edipo, el que nada sabía, llegué y la hice callar
consiguiéndolo por mi habilidad, y no por haberlo aprendido de los pájaros. A
mí es a quien tú intentas echar, creyendo que estarás más cerca del trono de
Creonte. Me parece que tú y el que ha urdido esto tendrán que lograr la
purificación entre lamentos. Y si no te hubieses hecho valer por ser un
anciano, hubieras conocido con sufrimientos qué tipo de sabiduría tienes.
CORIFEO.-
Nos parece adivinar que las palabras de éste y las tuyas, Edipo, han sido
dichas a impulsos de la cólera. Pero no debemos ocuparnos en tales cosas, sino
en cómo resolveremos los oráculos del dios de la mejor manera.
1.
¿Qué es un oráculo?
2.
¿Quién fue Tiresias?
3.
¿Conoces el complejo de Edipo? Explícalo
4.
Para los griegos, ¿Qué era el destino?
5.
¿Qué es el destino para ti? Explica
II. La tragedia
1. ¿Cómo define Aristóteles a la tragedia?
3. ¿Quiénes son los tres grandes trágicos
griegos?
4. ¿Cuál era la función de la tragedia? https://es.slideshare.net/manuelamm/la-tragedia-griega-6651466
5. Explica la estructura de la tragedia
clásica. https://es.slideshare.net/manuelamm/la-tragedia-griega-6651466
6. ¿Qué es la catarsis?
7. ¿Cuál es el tema principal de la tragedia.
8. ¿Qué le ocurre al personaje central de la tragedia?
Y ¿Cuál es su función?
9. Diferencias entre la tragedia
clásica y la moderna
TRAGEDIA CLÁSICA
|
TRAGEDIA MODERNA
|
·
En la tragedia
griega el personaje difícilmente podrá librarse de su muerte o sufrimiento
debido a que es un castigo divino por algún fallo suyo, a pesar de que lucha contra
las adversidades defendiendo o desafiando los valores establecidos, todo lo que
haga lo encaminará al desastre.
·
En la tragedia
moderna, el desenlace estará siempre causado por la irresponsabilidad del
personaje, aquí el desastre ya no es obra del destino.
·
La primera es
formal: la tragedia griega cuenta con elementos materiales que no tiene ninguna
otra (coro, máscaras, música, coturno, etc.) . La segunda se refiere a las
ocasiones de representación: la tragedia ática está ligada al culto y forma
parte del culto oficial de la polis (no es un mero espectáculo).
·
Además,
conceptualmente, la tragedia griega no se ajusta a las concepciones modernas.
La definición romántica de tragedia como “un conflicto que no permite ninguna
solución” no es aplicable a casi ninguna tragedia griega (muchas tienen final
feliz o, al menos, armónico).
·
Existen, además,
otras diferencias. Estamos acostumbrados a pensar que en la tragedia existe una
suerte de “justicia” por la cual los buenos son premiados y los malvados son
castigados. Nada de esto existe en la tragedia griega; pero es que ni siquiera
hay aniquilación moral o física del héroe.
·
La tragedia
griega no mira al final, sino que se concentra en el dolor, sufrimiento,
enfrentamiento del hombre con su propio
destino, grandeza moral y afirmación del yo humano. Pero es que tampoco
existe el héroe estrictamente hablando hasta Sófocles
http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=166:
La tragedia del héroe moderno
Las diferencias formales del Teatro
Griego antiguo y el teatro Contemporáneo son las siguientes:
1.-
En la antigüedad sólo existían dos géneros: La comedia y la tragedia. Ambos
trataban sobre las virtudes y defectos de los hombres, en la tragedia el hombre
iba en contra de su destino y un error trágico lo llevaba a la desgracia y en
la comedia se exaltaban los defectos de una manera grotesca.
En
la actualidad hay más de dos géneros: La comedia, la tragedia, la pieza, el
melodrama, el teatro didáctico, la comedia musical, la farsa, el teatro del absurdo,
el sociodrama... etc.
2.-
En la antigüedad los temas que trataban las obras de teatro eran única y
exclusivamente mitos de las casas reales de la muy antigua Grecia y de los
héroes de la batalla contra Troya. Casi siempre intervenían los dioses y los
semidioses.
En
la actualidad Los temas son casi infinitos, desde los problemas internos de un
hombre hasta la lucha entre naciones, los personajes son ilimitados también,
pueden ser de la realeza, dioses, gnomos, pordioseros, hadas, estudiantes de
prepa, etc, etc.
3.-
En la antigüedad las obras estaban divididas en cinco actos que a su vez
estaban divididas en escenas. Había un coro y un corifeo. la obra estaba
versada y ritmada en "ditirambos" y siempre existía un narrador que
en ocasiones era un corifeo, un soldado o un adivino ciego llamado
"Tiresias" que narraba el pasado y/o el futuro de los personajes.
En
la actualidad hay un sin número de estructuras dramáticas, pueden ser en uno
dos o tres actos, en una solo escena, pueden dividirse en cuadros, etc. puede o
no haber un coro, un narrador o puede o no estar en verso o ser cantada.
3.-
En la antigüedad era un acto ritual en honor a Dionisios y sólo podían haber
actores y sólo asistían al teatro hombres, porque era un ritual en el que las
mujeres no estaban permitidas. Los actores usaban máscaras y el teatro tenía
tres puertas, cada una representaba un lugar, por ejemplo si venían de la
puerta de izquierda significaba que venían de un lugar lejano.
10. Lectura de “Edipo Rey” de Sófocles y
“Bodas de sangre” de Federico García Lorca.