¡HOLA!
POR FAVOR IMPRIME LOS SIGUIENTES RELATOS:
LA MUJER HERRADA
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LA MUJER HERRADA
Vivía en la ciudad de México un buen sacerdote, acompañado de su ama de llaves, quien se encargaba de las tareas domésticas.
Un herrero, el mejor amigo del buen capellán, desconfiaba instintivamente de la vieja ama de llaves, y así hubo de decírselo al cura, instándole repetidas veces para que la despidiera, aunque el sacerdote no llegó nunca a hacer caso de tales advertencias y consejos.
Una noche, cuando ya el herrero se había acostado, llamaron a su puerta violentamente, y al abrir encontróse con dos hombres de color que llevaban una mula. Aquellos hombres rogaron al herrero que pusiera herraduras al animal, que pertenecía a su buen amigo el sacerdote, quien había sido llamado inopinadamente para emprender un viaje.
Satisfizo el herrero el deseo de los desconocidos herrando la mula; y, cuando se alejaban, tuvo ocasión de ver que los indios castigaban cruelmente al animal.
Intrigado e inquieto pasó la noche el herrero, y a primera hora del día siguiente se encaminó a casa de su buen amigo el sacerdote. Largo rato estuvo llamando a la puerta de la casa, sin obtener respuesta, hasta que el capellán fue a franquearle el paso con ojos soñolientos, señal evidente de que acababa de abandonar el lecho.
Enterado por el herrero de lo que sucedió aquella noche, le manifestó que él no había efectuado viaje alguno ni tampoco dado orden para que fueran a herrar la mula. Después, ya bien despierto, se rió el buen capellán muy a su gusto, de la broma de que había sido objeto el herrero. Ambos amigos fueron al cuarto del ama de llaves, por si ésta estaba en antecedentes de lo ocurrido.
Llamaron repetidas veces a la puerta, y como nadie les contestara, forzaron la cerradura y entraron en la habitación.
Un vago temor les invadía al franquear el umbral y una emoción terrible experimentaron al hallarse dentro del cuarto.
El espectáculo que se ofreció ante sus ojos era horrible. Sobre la cama ensangrentada, yacía el cadáver de la vieja ama de llaves que ostentaba, clavadas en sus pies y manos, las herraduras que el herrero había puesto la noche anterior a la mula.
Los aterrorizados amigos convinieron en que la desdichada mujer había cometido un gran pecado, y que los demonios, tomando el aspecto de indios, la habían convertido en mula para castigarla.
Pan Gu y la creación del mundo
En el principio, el universo estaba contenido en un huevo, dentro del cual, las fuerzas vitales del yin (obscura, femenina y fría) y del yang (clara, masculina y caliente) se relacionan una con otra.
Dentro del huevo, Pan Gu (o también Pan Ku), formado a partir de estas fuerzas, estuvo durmiendo durante 18.000 años. Al despertar, se estiró y lo rompió.
Los elementos más pesados del interior del huevo se fueron hacia abajo para formar la tierra y los más ligeros flotaron para formar el cielo.
Entre la tierra y el cielo, estaba Pan Gu.
Todos cada día, durante otros 18.000 años, la tierra y el cielo se separaban un poco más más. Pan Gu crecía la misma proporción por lo que siempre se llenaba el espacio intermedio.
Finalmente, la tierra y el cielo llegaron a sus pocisiones defininitvas. Agotado, Pan Gu, se echó a descansar. Y estaba tan agotado que murió. Su cuerpo y sus miembros se convirtieron en motañas. Sus ojos, se transformaron en el sol y la luna. Su carne, la tierra, sus cabellos, los árboles, las plantas, sus lágrimas, ríos y mares. Su aliento, fue el viento, su voz el trueno y el relámpago.
Y por último... las pulgas de Pan Gu... ¡se convirtieron en la humanidad!
LA QUEMADA
comienza con la familia Espinosa de Guevara, la cual llegó de la Nueva España, luego de la conquista. Estaba conformada por el padre de nombre Gonzalo y su hija Beatríz. Fue una familia acaudalada, donde la chica no solo contaba con la riqueza de su padre si no también con una belleza sin igual, a pesar de su corta edad.
Al contrario de lo que se podría pensar de la joven al tenerlo todo, era de una gran bondad y ayudaba sin esperar nada a cambio a las personas que no tenían su misma suerte.
Por todas las cualidades con que contaba Beatríz, nunca faltaron pretendientes que anhelaban casarse con ella. Existieron hombres de todos niveles sociales que no lograron su objetivo al ser rechazados por la bella dama.
Un día todo esto cambió al llegar la presencia de un Marqués italiano que respondía al nombre de Martín de Scópoli. El caballero se enamoró con locura de la hermosa joven, tal fue su descontrol que se paraba afuera de la casa de Don Gonzalo y prohibía el paso a todo aquel que quisiera acercarse al amor de su vida.
Muchos pretendientes le hicieron frente y constantemente se veían duelos afuera del hogar, pero siempre salía vencedor el Marqués italiano. Era constante encontrar al amanecer muertos o heridos a causa de la filosa navaja que conformaba la espada de Martín de Scópoli.
La joven Beatríz al darse cuenta de las batallas, sintió culpa y aunque ella amaba al italiano no podía dejar de pensar en los hombres que perdieron sus vidas pretendiendo su amor. Tampoco consentía la conducta de Martín y no comprendía sus enormes celos.
Como consecuencia nació una terrible idea en la mente de la joven y una mañana, sola en su habitación prendió fuego a carbón colocado en un brasero. Ya ante las lumbre y sin dejar de pronunciar el nombre de su amado, metió sin titubear su bello rostro en el brasero.
El dolor inmenso que provocaron el fuego en el rostro de la dama propició un grito desgarrador culminando en un desmayo.
Al enterarse Martín fue a casa de Don Gonzalo, donde encontró a su amada con un velo negro que cubría su rostro. Al retirarlo se observó el nuevo rostro horriblemente quemado, en el cual aún se podía ver la sangre y la carne carbonizada.
Beatriz pensó que el caballero se iría y no volvería, pero pasó lo contrario. El Marques le dijo que no la amaba por su belleza física, si no que era por su bondad y su alma, pidiendo que se casará con él sin importar las consecuencias del aterrador acto.
Con el amor por delante llegaron al altar, donde ella portaba un velo blanco que cubría su rostro para no levantar habladurías. Desde ese día cuando salían a la calle, Beatríz cubría su cara con un velo negro.
A partir de entonces se conoce a la calle donde vivía como ¨Calle de la Quemada¨ que hoy lleva el nombre de 5a de Jesús María en la Ciudad de México.
EL RAMAYANA
Dásharatha, rey de Aiodhiá, tiene tres esposas y cuatro hijos. Rama es el mayor, hijo de Kauśalya. Bharata es hijo de Kaikeyi. Los otros dos son gemelos, Laskshmana y Satrughna. Rama y Bharata son azules.3 En ----Mithila , una ciudad cercana, vive la hermosa Sita. Cuando llega el momento de que Sita se case, se plantea una prueba a los pretendientes: los príncipes deberán ser capaces de levantar un arco gigante. Nadie pudo alzar el arco como Rama, que no solo lo alzó sino que además lo partió. Así fue como Sita eligió a Rama como esposo, ante las miradas de decepción de los demás aspirantes.
El rey Dásharatha decide dejar el trono a su hijo Rama y retirarse al bosque para buscar mosksha (la liberación espiritual). Todos están contentos con la decisión, que está de acuerdo con el dharma. Al retirarse Dásharatha, establece que su hijo mayor asumirá el puesto de gobernante. Todos están de acuerdo, excepto la segunda esposa de Dásharatha, que pretende que sea su hijo Bharata quien gobierne. Así es como, valiéndose de un juramento que años atrás hizo el viejo rey, le convence para que corone a Bharata y destierre a Rama al bosque por catorce años. El rey se ve obligado a cumplir su palabra y Rama, siempre obediente, se retira exiliado al bosque. Sita convence a Rama de que su lugar está a su lado. También su hermano, Lakshmana, lo acompaña. Bharata se siente muy disgustado cuando se entera de lo que sucede y se dirige también al bosque donde reside Rama para forzarlo a regresar a la ciudad. No obstante, éste se opone, argumentando que deben obedecer a su padre. Así, Bharata se despide de su hermano con un abrazo y vuelve a Aydohya.
Los años pasan y Rama, Sita y Lakshmana son muy felices en el bosque. Rama y Lakshmana destruyen a los rakshasas (criaturas del mal) cuando interrumpen su meditación. Un día, una princesa rakshasa intenta seducir a Rama. Su hermano, Lakshmana, la hiere. Ella regresa donde su hermano, Rávana, el gobernante de Lanka y le habla sobre la encantadora Sita. Rávana idea un plan para raptarla. A sabiendas del aprecio que ella siente por los ciervos dorados, decide enviarle uno como presa de caza para Rama y Lakshmana. Al verlo, ambos hermanos marchan a cazarlo, dibujando previamente un círculo protector alrededor de Sita, que estará segura mientras permanezca en su interior. Durante la ausencia de Rama, Rávana se deja caer por el lugar adoptando la forma de un mendigo que busca comida. Sita sale del círculo para procurársela y Rávana la rapta. A Rama se le rompe el corazón cuando regresa y no puede encontrar a Sita.
Un ejército de monos se ofrece para buscarla. Rávana ha llevado a Sita a su palacio, pero no puede obligarla a convertirse en su esposa. Sita ni siquiera lo mira, pues solo piensa en Rama. Jánuman, general del grupo de monos, que posee la capacidad de volar, se dirige rápidamente hacia Lanka, donde encuentra a Sita. Antes de que Jánuman pueda salir, los hombres de Rávana lo capturan y prenden fuego a su cola. Con parte del pelaje ardiendo, Jánuman huye saltando por los techos de las casas e incendia Lanka. Llega hasta Rama, a quien informa sobre la ubicación de Sita. Rama, Laskshmana y el ejército de monos construyen un puente desde la punta de India hacia Lanka. Por fin, se enfrentan Rama y Rávana. Tras eliminar a algunos hermanos de Rávana (entre ellos Kumbhá karna), Rama logra aniquilar a Rávana disparándole el arma brahmastra.
Rama libera a Sita y juntos regresan a Aiodhiá, donde el pueblo y Bharata proclaman a Rama como su nuevo rey. Se acusa a Sita de haber cometido adulterio durante su cautividad. Ella se somete voluntariamente a la prueba del fuego para dar testimonio público de la integridad de su pureza, pero Rama aduce que el rey no solo debe ser puro, sino que debe parecerlo, por lo que envía al exilio a Sita (a pesar de su inocencia).
Ella se refugia en la ermita del escritor Valmiki(supuesto autor del poema), donde da a luz a dos hijos gemelos de Rama, Lava y Kusha, que se convierten en discípulos de Valmiki y crecen sin saber quiénes son. Valmiki compone el Ramaiana y enseña a los gemelos a cantarlo. Más tarde, Rama lleva a cabo una ceremonia ashwa medha yagña (sacrificio de caballo), a la que asiste el sabio Valmiki con Lava y Kusha. Los niños cantan el Ramaiana en presencia de Rama y de una numerosa audiencia. Cuando Lava y kusha llegan a la parte del exilio de Sita, a Rama se le rompe el corazón. En ese momento, Valmiki trae a Sita ante Rama. Éste vuelve a rechazarla (como un perfecto esposo hindú) y ella se suicida ante todos, tragada por la Tierra (su verdadera madre, ya que había sido encontrada en un ‘surco’ de tierra).
Los ricos improvisados
Adiós, amiga mía
a cierta mariposa
dijo una oruga un día;
y la mariposilla vanidosa,
sin verla contestó con tono vano;
"No tengo yo amistad con un gusano"
La pobre oruga entonces
le habló de esta manera:
" Antes que Dios le diera
ese luciente traje,
dígame ud, ¿Quién era?
¿Quién es ud, señora,
que infiere a las orugas, tal ultraje?
¿Quién es usted ahora?
Una oruga de espléndido ropaje."
Ricas orugas, con distintos nombres,
se hallan también, lector entre los hombres;
pues muchos que elevarse
consiguieron,
al verse poderosos,
desprecian orgullosos,
hasta la misma cuna en que nacieron.
José Rosas Moreno
ESTA SEMANA TRABAJAREMOS EL TEMA DEL CUENTO.
¡HASTA LUEGO!