jueves, 25 de octubre de 2012

SEMANA DEL 29 DE OCTUBRE AL 1 DE NOVIEMBRE


¡HOLA!

ESTA SEMANA TRABAJAREMOS:

GRUPO 301:

LUNES 29 : ENTREGA DE LA CALAVERA.
 MARTES 30: LA MEMORIA Y COMPUTADORAS POR EQUIPO.

GRUPO 302:
LUNES 29: ENTREGA DE LA CALAVERA Y DE LA MEMORIA.LLEVAR UNA O DOS COMPUTADORAS POR EQUIPO.

¡HASTA EL LUNES!




viernes, 19 de octubre de 2012

SEMANA DEL 22 AL 26 DE OCTUBRE DEL 2012



¡HOLA!

ESTA SEMANA TRABAJAREMOS LAS CALAVERAS. POR FAVOR, LLEVA TU MATERIAL.


2. RÚBRICA:



PRODUCTO A EVALUAR: LAS CALAVERAS

Materia:    
Grupo:
Nombre del Alumno:
Fecha:
Integrantes del equipo:
1.
2.
3.
4.
5.
Excelente: 4 puntos
Muy bien: 3 puntos
Bien: de 2 puntos
Regular: 1 puntos
Total de puntos:___________

CRITERIOS
EXCELENTE
4
MUY BIEN
3
BIEN
2
REGULAR
1
ORGANIZACIÓN.
La Distribución de tareas es adecuada y todos los integrantes participan activamente.
Alguno de los integrantes no cumple alguna tarea y no participa activamente
La mitad del equipo no cumple una tarea y no participa.
Menos de la mitad del equipo cumple una tarea y no participan.
MATERIAL
Todos los integrantes llevaron material para realizar su trabajo.
Uno de los integrantes del equipo no llevó material.
Dos de los integrantes del equipo no llevaron material
Tres  de los integrantes del equipo no llevaron  material
ACTITUDES Y VALORES.
Durante la preparación  se favorece el respeto, orden y disciplina al inicio, durante y al final.
Durante la preparación hubo un problema de respeto, orden o disciplina al inicio, durante o al final.
Durante la preparación  carece o hubo algunos problemas en cuanto a los ejes transversales.
Durante la preparación  sólo presenta 1 eje transversal.
COMPOSICIÓN DE LA COPLA

La letra es creativa, sin faltas de ortografía  e involucró a los todo el equipo.
La letra es creativa, pero tiene  menos de 5 errores de ortografía y sólo se involucro tres cuartos del equipo
La letra es algo creativa , pero tiene más de 5 errores de ortografía y sólo la mitad del equipo se involucró
La letra no es creativa y tienen más de 8 errores de ortografía y casi nadie del equipo se involucró
PRODUCTO FINAL
Tienen excelente presentación tanto la letra  como el producto.
Tienen muy buena presentación  tanto la letra  como el producto.
Tienen buena  presentación tanto la letra  como el producto.
Tienen una regular  presentación tanto la letra  como el producto.
OBSERVACIONES:













jueves, 11 de octubre de 2012

SEMANA DEL 15 AL 19 DE OCTUBRE DEL 2012


¡HOLA!

COPIA O IMPRIME ESTE POEMA:

ORACIÓN  A  DIOS

Dios, dame el día de hoy fe para seguir adelante,
Dame grandeza de espíritu para perdonar
Dame paciencia para comprender y esperar
Dame voluntad para no caer
Dame fuerza para levantarme si caído estoy
Dame amor para dar
Dame lo que necesito y no lo que quiero
Dame elocuencia para decir lo que debo decir
Haz que yo sea el mejor ejemplo para mis hijos
Haz que yo sea el mejor amigo de mis amigos
Haz de mi un instrumento de tu voluntad
Hazme fuerte para recibir los golpes que me da la vida
Déjame saber qué es lo que tú quieres de mi
Déjame tu paz para que la comparta con quien no la tenga
Por último, anda conmigo y déjame saber que así es.


¡HASTA EL LUNES!

viernes, 5 de octubre de 2012

SEMANA DEL 8 AL 12 DE OCTUBRE DEL 2012



TAREA PARA EL LUNES:
1. LEER EL SIGUIENTE RELATO
2. LOCALIZAR EL TEMA
3. PERSONAJES: PROTAGÓNICO (PRINCIPALES), SECUNDARIOS (IMPORTANTES PARA LA REALIZACIÓN DE LA ACCIÓN; PUEDEN SER ANTAGÓNICO O AYUDANTE DEL PROTAGONISTA) E INCIDENTAL (NO ES IMPORTANTE PARA EL DESARROLLO DE LA HISTORIA)
4. LOCALIZAR LA MORALEJA Y DESPUÉS EXPLICARLA.
5. HACER UN RESUMEN DE LA HISTORIA.

EJEMPLO XXXV

Lo que sucedió a un mancebo que casó con una muchacha muy rebelde


Otra vez hablaba el Conde Lucanor con Patronio, su consejero, y le decía:
-Patronio, un pariente mío me ha contado que lo quieren casar con una mujer muy rica y más ilustre que él, por lo que esta boda le sería muy provechosa si no fuera porque, según le han dicho algunos amigos, se trata de una doncella muy violenta y colérica. Por eso os ruego que me digáis si le debo aconsejar que se case con ella, sabiendo cómo es, o si le debo aconsejar que no lo haga.
-Señor conde -dijo Patronio-, si vuestro pariente tiene el carácter de un joven cuyo padre era un honrado moro, aconsejadle que se case con ella; pero si no es así, no se lo aconsejéis.
El conde le rogó que le contase lo sucedido.
Patronio le dijo que en una ciudad vivían un padre y su hijo, que era excelente persona, pero no tan rico que pudiese realizar cuantos proyectos tenía para salir adelante. Por eso el mancebo estaba siempre muy preocupado, pues siendo tan emprendedor no tenía medios ni dinero.
En aquella misma ciudad vivía otro hombre mucho más distinguido y más rico que el primero, que sólo tenía una hija, de carácter muy distinto al del mancebo, pues cuanto en él había de bueno, lo tenía ella de malo, por lo cual nadie en el mundo querría casarse con aquel diablo de mujer.
Aquel mancebo tan bueno fue un día a su padre y le dijo que, pues no era tan rico que pudiera darle cuanto necesitaba para vivir, se vería en la necesidad de pasar miseria y pobreza o irse de allí, por lo cual, si él daba su consentimiento, le parecía más juicioso buscar un matrimonio conveniente, con el que pudiera encontrar un medio de llevar a cabo sus proyectos. El padre le contestó que le gustaría mucho poder encontrarle un matrimonio ventajoso.
Dijo el mancebo a su padre que, si él quería, podía intentar que aquel hombre bueno, cuya hija era tan mala, se la diese por esposa. El padre, al oír decir esto a su hijo, se asombró mucho y le preguntó cómo había pensado aquello, pues no había nadie en el mundo que la conociese que, aunque fuera muy pobre, quisiera casarse con ella. El hijo le contestó que hiciese el favor de concertarle aquel matrimonio. Tanto le insistió que, aunque al padre le pareció algo muy extraño, le dijo que lo haría.
Marchó luego a casa de aquel buen hombre, del que era muy amigo, y le contó cuanto había hablado con su hijo, diciéndole que, como el mancebo estaba dispuesto a casarse con su hija, consintiera en su matrimonio. Cuando el buen hombre oyó hablar así a su amigo, le contestó:
-Por Dios, amigo, si yo autorizara esa boda sería vuestro peor amigo, pues tratándose de vuestro hijo, que es muy bueno, yo pensaría que le hacía grave daño al consentir su perjuicio o su muerte, porque estoy seguro de que, si se casa con mi hija, morirá, o su vida con ella será peor que la misma muerte. Mas no penséis que os digo esto por no aceptar vuestra petición, pues, si la queréis como esposa de vuestro hijo, a mí mucho me contentará entregarla a él o a cualquiera que se la lleve de esta casa.
Su amigo le respondió que le agradecía mucho su advertencia, pero, como su hijo insistía en casarse con ella, le volvía a pedir su consentimiento.
Celebrada la boda, llevaron a la novia a casa de su marido y, como eran moros, siguiendo sus costumbres les prepararon la cena, les pusieron la mesa y los dejaron solos hasta la mañana siguiente. Pero los padres y parientes del novio y de la novia estaban con mucho miedo, pues pensaban que al día siguiente encontrarían al joven muerto o muy mal herido.
Al quedarse los novios solos en su casa, se sentaron a la mesa y, antes de que ella pudiese decir nada, miró el novio a una y otra parte y, al ver a un perro, le dijo ya bastante airado:
-¡Perro, danos agua para las manos!
El perro no lo hizo. El mancebo comenzó a enfadarse y le ordenó con más ira que les trajese agua para las manos. Pero el perro seguía sin obedecerle. Viendo que el perro no lo hacía, el joven se levantó muy enfadado de la mesa y, cogiendo la espada, se lanzó contra el perro, que, al verlo venir así, emprendió una veloz huida, perseguido por el mancebo, saltando ambos por entre la ropa, la mesa y el fuego; tanto lo persiguió que, al fin, el mancebo le dio alcance, lo sujetó y le cortó la cabeza, las patas y las manos, haciéndolo pedazos y ensangrentando toda la casa, la mesa y la ropa.
Después, muy enojado y lleno de sangre, volvió a sentarse a la mesa y miró en derredor. Vio un gato, al que mandó que trajese agua para las manos; como el gato no lo hacía, le gritó:
-¡Cómo, falso traidor! ¿No has visto lo que he hecho con el perro por no obedecerme? Juro por Dios que, si tardas en hacer lo que mando, tendrás la misma muerte que el perro.
El gato siguió sin moverse, pues tampoco es costumbre suya llevar el agua para las manos. Como no lo hacía, se levantó el mancebo, lo cogió por las patas y lo estrelló contra una pared, haciendo de él más de cien pedazos y demostrando con él mayor ensañamiento que con el perro.
Así, indignado, colérico y haciendo gestos de ira, volvió a la mesa y miró a todas partes. La mujer, al verle hacer todo esto, pensó que se había vuelto loco y no decía nada.
Después de mirar por todas partes, vio a su caballo, que estaba en la cámara y, aunque era el único que tenía, le mandó muy enfadado que les trajese agua para las manos; pero el caballo no le obedeció. Al ver que no lo hacía, le gritó:
-¡Cómo, don caballo! ¿Pensáis que, porque no tengo otro caballo, os respetaré la vida si no hacéis lo que yo mando? Estáis muy confundido, pues si, para desgracia vuestra, no cumplís mis órdenes, juro ante Dios daros tan mala muerte como a los otros, porque no hay nadie en el mundo que me desobedezca que no corra la misma suerte.
El caballo siguió sin moverse. Cuando el mancebo vio que el caballo no lo obedecía, se acercó a él, le cortó la cabeza con mucha rabia y luego lo hizo pedazos.
Al ver su mujer que mataba al caballo, aunque no tenía otro, y que decía que haría lo mismo con quien no le obedeciese, pensó que no se trataba de una broma y le entró tantísimo miedo que no sabía si estaba viva o muerta.
Él, así, furioso, ensangrentado y colérico, volvió a la mesa, jurando que, si mil caballos, hombres o mujeres hubiera en su casa que no le hicieran caso, los mataría a todos. Se sentó y miró a un lado y a otro, con la espada llena de sangre en el regazo; cuando hubo mirado muy bien, al no ver a ningún ser vivo sino a su mujer, volvió la mirada hacia ella con mucha ira y le dijo con muchísima furia, mostrándole la espada:
-Levantaos y dadme agua para las manos.
La mujer, que no esperaba otra cosa sino que la despedazaría, se levantó a toda prisa y le trajo el agua que pedía. Él le dijo:
-¡Ah! ¡Cuántas gracias doy a Dios porque habéis hecho lo que os mandé! Pues de lo contrario, y con el disgusto que estos estúpidos me han dado, habría hecho con vos lo mismo que con ellos.
Después le ordenó que le sirviese la comida y ella le obedeció. Cada vez que le mandaba alguna cosa, tan violentamente se lo decía y con tal voz que ella creía que su cabeza rodaría por el suelo.
Así ocurrió entre los dos aquella noche, que nunca hablaba ella sino que se limitaba a obedecer a su marido. Cuando ya habían dormido un rato, le dijo él:
-Con tanta ira como he tenido esta noche, no he podido dormir bien. Procurad que mañana no me despierte nadie y preparadme un buen desayuno.
Cuando aún era muy de mañana, los padres, madres y parientes se acercaron a la puerta y, como no se oía a nadie, pensaron que el novio estaba muerto o gravemente herido. Viendo por entre las puertas a la novia y no al novio, su temor se hizo muy grande.
Ella, al verlos junto a la puerta, se les acercó muy despacio y, llena de temor, comenzó a increparles:
-¡Locos, insensatos! ¿Qué hacéis ahí? ¿Cómo os atrevéis a llegar a esta puerta? ¿No os da miedo hablar? ¡Callaos, si no, todos moriremos, vosotros y yo!
Al oírla decir esto, quedaron muy sorprendidos. Cuando supieron lo ocurrido entre ellos aquella noche, sintieron gran estima por el mancebo porque había sabido imponer su autoridad y hacerse él con el gobierno de su casa. Desde aquel día en adelante, fue su mujer muy obediente y llevaron muy buena vida.
Pasados unos días, quiso su suegro hacer lo mismo que su yerno, para lo cual mató un gallo; pero su mujer le dijo:
-En verdad, don Fulano, que os decidís muy tarde, porque de nada os valdría aunque mataseis cien caballos: antes tendríais que haberlo hecho, que ahora nos conocemos de sobra.
Y concluyó Patronio:
-Vos, señor conde, si vuestro pariente quiere casarse con esa mujer y vuestro familiar tiene el carácter de aquel mancebo, aconsejadle que lo haga, pues sabrá mandar en su casa; pero si no es así y no puede hacer todo lo necesario para imponerse a su futura esposa, debe dejar pasar esa oportunidad. También os aconsejo a vos que, cuando hayáis de tratar con los demás hombres, les deis a entender desde el principio cómo han de portarse con vos.
El conde vio que este era un buen consejo, obró según él y le fue muy bien.
Como don Juan comprobó que el cuento era bueno, lo mandó escribir en este libro e hizo estos versos que dicen así:
Si desde un principio no muestras quién eres, 
nunca podrás después, cuando quisieres.
FIN




¡HASTA LA PRÓXIMA SESIÓN!